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Las Meninas de Tebas

un curioso viaje por el Museo Del Prado

Velázquez conocía perfectamente dónde estaba Tebas, al sur de Egipto junto al río Nilo, cerca de Nubia. Había pintado a San Pablo de la Tebaida, el primer ermitaño, junto a San Antonio Abad y sabía que San Pablo se hacía sus propias vestimentas con las hojas de la palmera que crecía delante de su cueva porque la pintó disimuladamente. Pero obvió deliberadamente cualquier referencia al Antiguo Egipto, ni tan siquiera a un desierto. De hecho sabría que muchas de las cuevas de estos ermitaños eran antiguas tumbas de faraones y nobles, llenas de pinturas, relieves y jeroglíficos. Velázquez, en su extensa biblioteca tenía un tratado de cómo los romanos transportaron los obeliscos desde Egipto. Este cuadro lo pintó a la vuelta de su primer viaje a Roma, en 1634, al fondo sale la sierra de Guadarrama, hay que tener en cuenta que en Roma hay 13 obeliscos, uno en la Plaza San Pedro y además una pirámide de la época romana, la pirámide Cestia, inspirada en las pirámides nubias.

San Antonio, al que los demonios perseguían, también tejía y en los ratos que no estaba meditando, hacía cestas y esterillas. Fundó las primera orden monacal del cristianismo y creó el cordón de oración, el Komboskini, cuyo nudo que le enseño la Virgen, no lo deshace ni el mismísimo demonio. 

Velázquez conocía la importancia del tejer, para estos padres y madres del desiertoera parte fundamental de sus prácticas ascetas, por los poderes que tiene esta labor, entre ellos matemáticos, esta manera de tejer en espiral habla de geometría hiperbólica que no satisface uno de los postulados de la geometría de Euclides (Velázquez tenía cuatro libros de Euclides). La diosa egipcia Isis lo primero que enseño al ser humano fue a coser y sus poderes mágicos, dicen que fue la predecesora de la Virgen María. Velázquez pintó las Hilanderas para contarnos el mito de Aracne, mito al que apunta ya en Las Meninas con el Rapto de Europa, que aparece junto al mito de Apolo vencedor de Pan, de Jacques Jordaens, en la penumbra de la gran sala. Velázquez entre otras tareas de Palacio se encargaba de comprar y de colocar los cuadros en las distintas estancias. 


Velázquez sujeta su pincel exactamente a 60º con lo que forma un hexagrama que envuelve a Las Meninas. Un ejercicio de geometría. La estrella de 6 puntas en el s.XVII no tenía una referencia tan directa al pueblo judío y la estrella de David como hoy en día, tal vez sí su parte mística y la Cábala, aunque la catedral de Palma de Mallorca, por ejemplo, que tiene uno de los más grandes rosetones del gótico europeo, tiene forma de hexagrama. El sello de Salomón con connotaciones mágicas también podría ser, tenemos el Monasterio del Escorial, que Velázquez estuvo redecorando mientras pintaba Las Meninas. En el centro del sello de Salomon la cruz de Tau, la cruz de San Antonio Abad y escrito en cada punta de la estrella, Tetragrámaton, el nombre De Dios que en este caso tiene nombre de flor, Margarita. Un ejercicio de Geometría Sagrada.

La Magdalena penitente.jpg

La Magdalena penitente, Pedro de Mena, 1664 (Museo del Prado)

Nudo de Isis piernas.png

Nudo de Isis, 1500 a.C.

Museo Metropolitano (NY)

¿Lleva María Magdalena el nudo de Isis a la cintura?

Nudo de Isis, Egipto circa 1500 a.C.

Museo Metropolitano (NY)

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